Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información
Series de televisión
Póster de Banshee, serie producida por Alan Ball para Cinemax y creada por Jonathan Tropper y David Shickler.

Banshee, serie de televisión: crítica, actores y reparto

De las series estrenadas en 2013, quizá la que más me ha gustado es ‘Banshee’, y eso que no empecé a verla hasta bien entrada la segunda temporada, que acaba de finalizar hace tan sólo unos días. ‘Banshee’ es un fenómeno curioso. Su capítulo piloto no me entusiasmó. De hecho, incluso me planteé abandonarla. Me pareció una serie de acción con diálogos más bien flojos y personajes simples. ¿Cómo, entonces, capítulo tras capítulo me fue ganando hasta el punto de que ahora se ha convertido en una de mis series favoritas, casi imprescindibles? Es difícil de explicar, ciertamente, pero si le das una oportunidad, ’Banshee’ te sorprenderá, porque es mucho más que una serie con violencia y sexo explícito, eso que llama la atención de entrada y que parece un reclamo facilón.

El sheriff Lucas Hood, interpretado por Antony Starr, es el protagonista de Banshee.Lo que nadie le puede negar a ‘Banshee’ es que es una serie muy entretenida y bien filmada con una fotografía cuidada y estilizada a cargo de Christopher Faloona. Apenas hay momentos muertos. Siempre ocurre algo, a veces muchas cosas, demasiadas. Y aunque al principio parezca lo contrario, por esa sobredosis de acción, sangre y sexo (ingredientes que comparte con ‘Spartacus’, cuyos actores protagonistas, Antony Starr y Liam McIntyre, guardan un gran parecido físico), los diálogos son chispeantes, ingeniosos y cáusticos. También lo son las relaciones entre los diferentes personajes, siempre envueltas en un velo de misterio sabiamente oculto o manifiesto, según convenga, y tan tensas y cortantes como una navaja bien afilada.

‘Banshee’ es una idea original de los escritores de novelas Jonathan Tropper y David Shickler que presentaron al prestigioso realizador de series como ‘A dos metros bajo tierra’ o ‘True BloodAlan Ball, quien, fascinado por el proyecto, decidió ponerse detrás de la producción y le buscó un hueco en la parrilla televisiva de la HBO, que finalmente la emitiría en su filial más gamberra, Cinemax. Para la dirección se pensó en un principio en Greg Yaitanes, famoso por dirigir varios capítulos de ‘House’, entre otras muchas series.

A ‘Banshee’ se la ha comparado, creo que injustamente y por error, con ‘Justified’ y ‘Big Love’, como si fuera un maridaje o híbrido entre ambas series, pero yo creo que tiene una personalidad lo suficientemente marcada y definida como para no buscarle parentesco, y en mi modesta opinión es mejor que cualquiera de ellas.

En Banshee cohabitan, con las tensiones habituales, una comunidad Amish y una reserva india.Banshee’ es, en realidad, el nombre de un pequeño pueblo de Pennsylvania (bueno, también es un espíritu del folclore irlandés cuyo nombre proviene del gaélico y significa “mujer de los túmulos”, espectro que con su presencia y sus gemidos anuncia la muerte de un pariente cercano) donde conviven, mal que bien, una comunidad Amish y una reserva india con su típico casino, y donde no faltan personajes pintorescos y pendencieros, cada uno con una historia detrás que poco a poco, fragmentariamente, se nos va contando. Su cartel de entrada es como una bienvenida a la América profunda, un remanso de paz entre campos de maíz y carruajes decimonónicos, pero donde se esconde un revólver bajo cada cartuchera.

Allí, a Banshee, dirige sus pasos, nada más poner un pie fuera de las rejas, el ladrón y ex convicto que luego se convertirá, por una de esas piruetas del destino, en el sheriff Lucas Hood (interpretado por el actor neozelandés Antony Starr), tras suplantar su identidad. Hood pretende reclamar su parte del botín que le llevó a la cárcel (unos diamantes que luego se descubrirá no son tal) que supuestamente guarda su amada Ana/Anastasia (Ivana Milicevic), de quien se separó al entregarse a la policía tras un intento de robo fallido (una trampa que les tendieron, en realidad), y que después de 15 años ha rehecho su vida casándose con otro hombre, el fiscal del distrito Gordon Hopewell, y que ahora se llama Carrie y tiene dos hijos: Deva y Max, siendo la primera hija de su anterior pareja, detalle que se nos revelará más adelante. Lo más curioso del protagonista es que nunca hasta ahora se nos ha mostrado su verdadera identidad (a la pregunta que le formula durante el interrogatorio el detective Julius Bonner, interpretado por Reg E. Cathey –‘The Wire’, ‘House of Cards'–, Hood le confiesa sarcásticamente que se llama John Smith). No sabemos ni cómo se llama ni a qué se dedicaba antes de convertirse en ladrón y trabajar a las órdenes de Mr. Rabbit (Ben Cross), un temible gánster de origen ucraniano gran aficionado al ajedrez y padre de Anastasia, aunque en uno de esos minicapítulos de ‘Banshee Season 2: Origins - Interrogation’ se nos sugiere que, dada su formación militar, podría haber sido un contratista (hipótesis en la que también redunda el último capítulo, ‘Bullets and Tears’, donde aparece un mercenario, Fat Au, antiguo socio y colaborador de Hood que le llama “soldadito”). Éste es uno de los mayores atractivos de la serie, que nos suministra la información a cuentagotas, por lo que nuestra opinión sobre los personajes va cambiando a medida que vamos viendo cómo actúan y cómo actuaron ante determinadas circunstancias que cambiaron sus vidas. Esta cuidada dosificación de la información, unida al juego y cambio de identidades, hace que la trama sea muy sugerente y que los personajes sean capaces de lo mejor y de lo peor (como cuando Carrie entrega a Lucas Hood a su despiadado padre sólo para conservar su idílica nueva vida).

Job (Hoon Lee), el hacker y drag queen compañero de aventuras de Lucas Hood, es el personaje más simpático del elenco.Uno de los personajes más interesantes y divertidos es Job (Hoon Lee), una mezcla entre hacker y drag queen que en cada capítulo luce un modelito imposible y que tiene la lengua más afilada y mordaz de todo Banshee. Tanto en sus coloridos atuendos y profuso maquillaje como en su verborrea deslenguada y procaz se parece al Lafayette de las primeras temporadas de ‘True Blood’, personaje que tristemente ha perdido todo su encanto. Es justo reconocer que Hoon Lee hace una gran interpretación, interpretación que debería verse recompensada con un Emmy al mejor actor de reparto, aunque no creo que los académicos le concedan tal honor.

Banshee Origins - Hotwire

Otro personaje singular, que además hace un cómico contraste con Job, es Sugar (Frankie Faison, el comisario Burrell en ‘The Wire’), ex boxeador, ex convicto y, en el momento presente, filósofo de cantina que pronto simpatiza con Lucas Hood y que siempre tiene buenos consejos que darle y sabias reflexiones con que amenizar los tragos de alcohol en la barra del bar.

Aquí las leyes son distintas”, dice Hood. “No, son las mismas”, le replica Sugar. “Las mismas leyes desde que el primer hombre cogió un palo para golpear al segundo hombre”. “Una forma interesante de ver el mundo”. “He tenido una vida interesante”, dice riéndose.

Sugar es un ex boxeador y ex convicto que pronto se hace amigo de Lucas Hood y que ejerce de filósofo de cantina.Del resto de personajes que pululan por Banshee sobresale Kai Proctor (Ulrich Thomsen), el matón del pueblo que antes de mafioso fue menonita y que dirige todos los negocios turbios (como ese burdel que recuerda tanto al Bada Bing de ‘Los Soprano’) y que tiene a todos los habitantes de Banshee intimidados o sobornados, incluida la policía. Es el hombre del rostro serio y el ceño siempre fruncido, cuya rigidez hierática, a la manera de un pastor luterano, se ejemplifica gráficamente con esas camisas abotonadas hasta el cuello. La llegada de Lucas Hood, un sheriff fuera de lo convencional que de sheriff sólo tiene en realidad la placa y al que no le importa saltarse todos los protocolos de actuación y órdenes de registro y de arresto, enfrentará ineluctablemente a estos dos personajes (no puede haber dos gallos en un corral), quienes pese a su enconada rivalidad, de vez en cuando también hacen negocios juntos. Así de complejas y tirantes son las relaciones entre los personajes; tan pronto se quieren matar como se echan una mano. En Banshee todos quieren imponer su ley, que es la ley del más fuerte.

A veces hay que saltarse las leyes para conseguir un bien mayor”, Kai Proctor.

Kai Proctor también tiene sus diferencias con Alex Longshadow, el líder o jefe tribal indio que sucede a su padre tras su fallecimiento, y que no está dispuesto a doblegarse tan fácilmente a la voluntad de Kai, a sus chantajes, amenazas y sobornos. Así pues, hay un clima de constante tensión entre todos los personajes de Banshee en su lucha por el control y el dinero, y a ellos se suma la inquietante presencia de Rabbit y de su sicario Olek, que buscan ajustar cuentas con Hood y Anastasia. Desde luego, nunca vi una relación paterno filial tan rara como la de Rabbit y Anastasia; tan pronto la arrulla con las más melifluas palabras como la quiere matar por sentirse traicionado por ella.

Mírame y recuerda. En algún momento del futuro hay un banco como éste esperándote”, Mr. Rabbit.

Kai Proctor y Alex Longshadow tienen muchos asuntos pendientes.Clay Burton, el asistente y guardaespaldas de Proctor, también destaca por su inconfundible estilo, con esas anticuadas gafas de pasta, el traje y la pajarita (¿no os recuerda al hermano Mouzone de ‘The Wire’?), así como Rebecca (Lili Simons), la casquivana y disoluta sobrina de Kai –amish de día, femme fatale de noche–, que pronto se siente subyugada por la tierna fiereza y el magnetismo animal de Lucas Hood, al tiempo que mantiene una extraña relación cuasi incestuosa con su tío, de quien no tarda en descubrir que es cruel y pérfido, pero eso no parece repugnarle tanto como le fascinan sus ansias de poder.

Definitivamente, Lucas Hood es el macho alfa de Banshee, pues no hay mujer en edad de merecer que no se acueste con él, y al final a todos nos pone los dientes largos, aunque se pase todo el día metido en peleas y con el cuerpo molido a palos. Sé que es una visión machista, pero las mujeres de Banshee son para el sherrif Hood lo que Nietzsche denominó en su obra maestra ‘Así habló Zaratustra’ como el solaz del guerrero. Me parece muy interesante, por lo inesperado, el giro que está dando el personaje en lo sentimental, pues su amor por Ana (a quien el cabello oscuro le hace parecer más joven y bella, y hace un bonito contraste con sus ojos claros) parecía irreductible, pero cada vez se le ve más enamorado de la ayudante del sheriff Siobhan, que ciertamente le conviene más que su anterior y problemática novia.

La secuencia de la pelea entre Lucas Hood y el luchador de Artes Marciales Mixtas Damien Sánchez y la castración y posterior decapitación del Albino (todo un personaje) son de una violencia y una espectacularidad que salpica la cámara de sangre, y se te clavan en la retina como una inyección de adrenalina o un acúmulo de testosterona. Y qué decir del montaje que parece el final pero no lo es de este último capítulo, ‘Bullets and Tears’, con todos esos flashbacks como la conversación telefónica entre Mr. Rabbit y Anastasia (inolvidable ese acento duro, metálico, y cómo pronuncia su nombre; hace que nos suene a ucraniano, aunque no sepamos cómo demonios suena el ucraniano) cuando le confiesa que está embarazada del hombre al que tanto odia; y el gesto impagable de Job cuando encuentra a Anastasia derrumbada en un almacén; y la mirada altiva y siniestra, con esas lentillas rojas, vampíricas, del Albino, y el paraguas que hace de sombrilla (me encanta cómo el director utiliza el fuera de campo en ese primer plano); y las manos entrelazadas, amorosas, cómplices, de Lucas Hood y Ana, y luego de Ana y Gordon, tras mostrarnos sutilmente su alianza; y la entrada a Banshee (Drive Carefully), con ese presente un poco más liberado del fantasma del pasado, sólo un poco, y el puente de madera y el carruaje amish que circula, al trote, por el otro carril. Y todo ello al son de la excelente canción ‘This Night’ de Black Lab.

Black Lab - This Night

Lucas Hood es el macho alfa de Banshee, todas las mujeres le desean, como Rebecca, la provocativa y seductora chica amish.Una curiosidad de ‘Banshee’ es que no conviene perderse los créditos finales, puesto que siempre incluyen una breve secuencia que en algunos casos, como en el último capítulo de la primera temporada, puede ser importante (en ésta aparece Jason, el hijo del verdadero Lucas Hood, viendo en Youtube la paliza del sheriff de Banshee, el suplantador de su padre, a Damien Sánchez).

Los títulos de crédito iniciales de ‘Banshee’, con la combinación de la caja fuerte y esas fotos ajadas y recortadas que van cambiando en cada capítulo y que en algunos casos también están animadas (como el parpadeo de mariposa de Anastasia en la última foto), y la música de Methodic Doubt, son una maravilla, y una de las razones por las que seguí viendo la serie aun cuando mi primera impresión no fuera muy favorable.

Títulos de crédito Banshee

Tags: Banshee, serie televisión, Alan Ball, Cinemax, Jonathan Tropper, David Shickler, sheriff Lucas Hood, Antony Starr, Mr. Rabbit, Kai Proctor, Ulrich Thomsen, Ivana Milicevic, Anastasia, Amish.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
Crítica de Hannibal

Crítica de Hannibal

Crítica de Peaky Blinders

Crítica de Peaky Blinders

Crítica de The Wire

Crítica de The Wire

subir

Óscar Bartolomé

Sobre El Parnasillo

Sobre El Parnasillo
El Parnasillo es una página cultural con un recorrido de más de 10 años donde podrás leer críticas cinematográficas y análisis fílmicos y de series de televisión.
Con el tiempo también fui dando cabida a otros géneros literarios como el relato, los aforismos y la poesía, hasta convertirse en la plataforma o revista multicultural que es hoy en día.
Ir Arriba