Sobre El Parnasillo

Destino
Oleadas de rubor en mejillas encarnadas,
como el velo incandescente de un cuento de hadas.
Accesos de pudor en cuerpos abrasados,
como una corriente de fuegos desatados.
Vaharadas de pasión en lenguas enroscadas,
que bisbisean como sierpes encantadas.
Borbotones de sangre en pechos inflamados,
que ondean al viento como pendones izados.
Efluvios de alcohol en venas hinchadas,
como acuíferos de sustancias veneradas.
Suspiros de nostalgia en lóbulos arrullados,
como quejidos amortiguados por los días pasados.
¡Oh, soplos de amor aventados por el
destino,
que te pusieron de nuevo en mi camino!
Haced que ahora que formamos un solo ser
el azar que nos zarandea no nos haga perecer.
Óscar Bartolomé