Sobre El Parnasillo

Entrañablemente
A oleadas, entrañablemente,
brotan mis poemas.
No sé si de la mente
O del corazón
O de dónde.
Y me vuelco y me derramo
Y es lava de amor lo que vomito
Y tinta de azúcar si me lees
Y hiel cuando la estoy rezumando.
Mas me agoto y callo.
Y es luna mi lienzo vacío
Pero bulle el interior
Buscando los atajos
Y ceden las compuertas de nuevo
Que no hay quien contenga la fuerza
Cuando la ambrosía eres tú.
Se rompen mis cercas
Cual hijo esperado, se abre mi vientre,
Y sales
Mientras te doy a luz, sonrío en llantos.
Y entonces sé de dónde nacen mis poemas.
Alma de mujer:
No estás en la cabeza ni en el corazón.
Sino en las entrañas.
La dama del faro