Sobre El Parnasillo

Las horas
Un día, de pronto, en cualquier orilla,
te llega un eco,
con puntas de flecha.
Y detienes tus pasos.
Y tras recibir una herida leve,
sigues caminando.
Sin mirar atrás
Pero una tarde, de pronto,
quizá en la misma orilla
El eco resuena
Y ya no hiere.
Ahora sostiene universos
con puntas de alfiler.
Amalgamas de colores
pintan caminos en un lienzo,
mientras cae lluvia
tras los cristales.
Y quizá una noche, de pronto,
la barca cruza a la otra orilla
y entonces las respuestas se tornan dudas
y las dudas, espirales.
Y el tiempo, que nunca existió,
retorna a su origen.
Al lugar donde las almas
no aprendieron a llorar.
Y llega la madrugada, de pronto
Y ya no hay orillas.
Se escuchan las notas
del pentagrama de la vida
Y mis manos, forman un hueco
Que, poco a poco,
se va llenando del rocío de ti.
La dama del faro