Sobre El Parnasillo

Mi único propósito
( En memoria de Rachel Colomer )
Mi único propósito en lo que
me queda de vida
es hacerte sentir que no estás sola en tu desdicha,
hacerte sentir que no te he abandonado a tu suerte
-suerte triste e inclemente-
y que estoy a tus pies para lo que desees,
siempre dispuesto a cumplir tu voluntad
sea cual fuere,
y que si ahora no estoy allí donde tú estás
es tan sólo porque aún no me ha llegado la hora,
mas pronto me llegará
y cuando me llegue
volveremos a ser uno una vez más.
Al llegarme a ti besaré tus labios
lívidos con labios ardientes,
de amor y pasión inflamados y refulgentes,
e infundiré el calor en tu pecho pálido y frío
que con un soplo de vida te reanime y te despierte.
Estrecharé tu vida sin cuerpo contra
mi cuerpo sin vida
para así tener yo lo que a ti te sobra
y así tener tú lo que a mí me falta.
Te sujetaré firmemente entre mis brazos,
con la fuerza del recio abrazo sostenida,
para que no desfallezcas y te abandones a la pena.
Estaré a tu lado en todo momento,
acompañándote en la oscuridad con el rítmico
compás de mi respiración,
cogiendo tu mano entre las mías
y cuidando de que no te sobrevenga ninguna desgracia.
Me arrodillaré junto a tu lecho
pendiente de ti y de cada uno de tus movimientos,
sabedor de que no habrá mundo circundante
que en mi presencia pueda enturbiar tu plácido sueño.
Te cerraré los ojos depositando un
beso en cada uno de ellos
para a continuación susurrarte al oído
con la ternura cómplice de una confidencia:
" Hasta pronto, ángel mío.
Pronto te veré en mis sueños".
Óscar Bartolomé