The Last Kingdom, crítica de la serie protagonizada Uhtred de Bebbanburg y Ragnar Ragnarsson
Que los vikingos han llegado a la ficción televisiva para quedarse es un hecho. Pocas veces los navegantes, exploradores y fieros guerreros daneses han estado más de moda. Ahora bien, algunos han querido ver en ‘The Last Kingdom’ una vulgar copia de la, por otra parte excelente serie, ‘Vikings’, de Michael Hirst, o incluso un aperitivo para ir abriendo boca o para hacer menos larga la espera de la nueva temporada de ‘Juego de Tronos’. Esta opinión no podría ser más errónea, pues ‘The Last Kingdom’, serie británica producida por BBC América y basada en las novelas ‘The Saxon Stories’ de Bernard Cornwell, tiene la calidad suficiente como para ser considerada una obra única e independiente, a la altura de las anteriormente citadas, y puede que incluso mejor. Eso sí, sus escasos ocho capítulos –está confirmada una segunda temporada que se estrenará en 2016– saben a poco y dejan con ganas de más. Como digo, cualquier comparación es injusta, y excepto por el hecho de que comparten ambientación y temática –la acción en ‘The Last Kingdom’ transcurre casi un siglo después de las primeras razzias del visionario Ragnar Lodbrok en Northumbria y Wessex, tal como se nos cuenta en ‘Vikings’–, en todo lo demás cada una tiene su propia y diferenciada identidad.
El protagonista de ‘The Last Kingdom’ es Uhtred (Alexander Dreymon), hijo de Uhtred, conde de Bebbanburg, noble sajón que cae asesinado por los invasores daneses (así se les llama siempre en la serie a los vikingos). Su hijo pequeño, nuestro protagonista a la postre, es capturado y hecho prisionero por Ragnar The Fearless (Peter Gantzler), quien ve en él un gran potencial como guerrero, y a quien finalmente adopta como hijo, pasándose a llamar así Uhtred Ragnarsson. Desde el primer momento recibe los consejos y la sabiduría de Ravn (Rutger Hauer), el padre ciego de Ragnar, y goza de la compañía de Brida (Emily Cox), niña sajona que, al igual que él, es capturada y que acaba integrándose en la cultura danesa, así como de Ragnar el joven (Tobias Santelmann), a quien considera un hermano. Así pues, desde sus primeros pasos la vida de Uhtred será un conflicto entre su sangre sajona y su educación danesa, y se verá obligado a elegir bando, poniendo a prueba sus juramentos y sus lealtades. En último término, la aspiración de Uhtred es vengar la muerte de su padre Ragnar a manos de Kjartan y recuperar su condado, Bebbanburg, que le pertenece por derecho de nacimiento y le fue arrebatado por su tío, quien fracasó en su intento de matarle.
Las aventuras y desventuras de Uhtred, también conocido como Uhtred The Godless (El impío), le llevarán a ofrecer su espada al servicio del rey Alfred de Wessex (David Dawson), un hombre de constitución débil pero de fuerte carácter, el único líder capaz de expulsar a los daneses y de reunificar todos los reinos bajo el nombre de Inglaterra, su gran sueño. En el año 872 d.C., que es a cuando se remontan los hechos narrados, los vikingos se habían hecho con el control de prácticamente todo el territorio británico: Northumbria, Mercia y Anglia Oriental, y ese último reino al que alude el título es precisamente Wessex, la región más al sur. El destino, que lo es todo, conducirá a Uhtred hasta Winchester, capital del reino de Wessex, en su huida del rey Ubba, que le acusa de la muerte de Ragnar, y desde allí empezará a forjar su futuro. Sin embargo, las costumbres paganas de Uhtred, su fe o, por mejor decir, su falta de fe –Dios siempre es motivo de disputa entre él y el beato rey Alfred, a pesar de las constantes intercesiones del padre Beocca (Ian Hart), y esto le acarreará infaustas consecuencias, como una ordalía de la que finalmente saldrá bien librado gracias a una pirueta del destino–, e incluso su misma indumentaria, hacen que nunca sea visto ni tratado como un sajón, y le granjearán la animadversión de muchos nobles, como la reina o el conde Odda el joven (Brian Vernel). De otro lado, es visto por los daneses como un traidor, por lo que se encuentra en tierra de nadie.
Es imposible no sentir simpatía por Uhtred, por su carácter jovial y aventurero, por su audacia y valentía, pero también por su integridad, por sus principios y por su noción de justicia, que por muy bárbara que pudiera resultar a nuestros ojos acomodados, no lo era en absoluto para aquella época. Al mismo tiempo, es inevitable no sentir tristeza por su infortunio y sus muchas pérdidas: su padre biológico y su padre putativo, sus hijos, el que nació muerto y el que murió habiendo apenas nacido, su gran amigo Leofric y su amada y bondadosa reina pagana Iseult (Charlie Murphy); también por su fallido matrimonio con Mildrith (Amy Wren).
Uno de mis personajes favoritos de ‘The Last Kingdom’ es precisamente Leofric (Adrian Bower). Es entrañable el modo en que él y Uhtred se respetan y se admiran mutuamente como guerreros, esa camaradería tan marcial que tienen, y la manera en que se dirige a él, llamándole, cariñosamente, “poca cosa”. Eso, en un tipo tan bruto y rudo como Leofric, no es, precisamente, poca cosa.
En el lado danés, me gusta la inquietud intelectual y espiritual que siempre manifiesta Guthrum (Thomas W. Gabrielsson) hacia el Dios cristiano, por más que a menudo sus actos sean crueles y despiadados para con los sacerdotes, y que al final hace que adopte la fe cristiana y sea bautizado. El rey vikingo Ubba (Rune Temte), en cambio, sólo se preocupa de saquear y no hace ningún esfuerzo por comprender la cultura de sus enemigos. El combate a muerte con Uhtred está muy bien resuelto, la forma en que le corta los tendones, y cómo respeta su cadáver de gran guerrero preparándolo para el Valhalla. Si bien ‘The Last Kingdom’ no es una serie de grandes batallas, pues no tiene el presupuesto de ‘Vikings’, las formaciones militares con los escudos desplegados, a imitación de la falange romana, son muy realistas y están muy conseguidas.
La emocionante banda sonora de ‘The Last Kingdom’, empezando por la canción que suena en los títulos de crédito –Tròdlabùndin–, es obra de la cantante de las Islas Feroe Eivør Pálsdóttir. Una excelente elección y todo un descubrimiento musical.
Una vez derrotado el ejército danés en la batalla de Ethandun, tengo ganas de saber adónde le llevarán sus pasos a Uhtred de Bebbanburg, si vengará la muerte de Ragnar y si recuperará su condado en Northumbria. Destiny is all.
Spoiler: Dentro de los infortunios y vicisitudes padecidas por Uhtred de Bebbanburg en las magníficas segunda y tercera temporada (la cuarta se está rodando en Budapest), cabe destacar la pena de galeras (la cruda vida de galeote a punto estuvo de quebrar su indomable espíritu guerrero) y la llorada pérdida de su hermano Ragnar Ragnarsson, cuya sed de venganza le lleva acercarse al bando vikingo, donde tampoco es bien recibido. Sin embargo, el fallecimiento por enfermedad del rey Alfred de Wessex, por quien siempre sintió tanta animosidad como admiración, parece que volverá a ligarle al sueño de una Inglaterra unida. Por suerte para los que nos gusta la serie, aún tenemos The Last Kingdom y Uhtred para rato.
Hace unos días se estrenó la 4ª temporada en Netflix, y quien esto escribe casi se la vio de un tirón (me hice un bingwatch). Qué puedo decir: que las tramas y los personajes siguen siendo igual de interesantes y hasta cierto punto imprevisibles (como los "cambios de humor" de Brida), que el destino parece negarle a Uhtred su ansiado dominio en Bebbanburg, y que para quienes creen que en 'Juego de Tronos' o en 'The Walking Dead' morían muchos personajes principales, lo de 'The Last Kingdom' es un barrida en toda regla. Pero lo mejor es que todas las temporadas aparecen otros nuevos (vikingos y sajones), como Sigtryggr, descendiente del mítico Ivar El Deshuesado, que hacen que no los echemos tanto de menos.
Opening Theme de 'The Last Kingdom'
Tags: The Last Kingdom, The Saxon Stories, Bernard Cornwell, Uhtred Ragnarsson, Alexander Dreymon, Leofric, Ubba, Guthrum, rey Alfred, Wessex, Northumbria, Mercia, Anglia Oriental, daneses, vikingos, sajones, Brida, Ragnar, Bebbanburg, Vikings.
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Óscar Bartolomé