Sobre El Parnasillo

Ahora que acaba de salir al mercado su sexto disco, 'Dark Light', es un buen momento para hacer un repaso por la biografía y la discografía de HIM, uno de los grupos señeros de la última década.
HIM es el acrónimo de His
Infernal Majesty, banda finlandesa que se creó
en el verano de 95 a iniciativa de Ville
Hermanni Valo, líder indiscutible y alma de
la formación. Aunque su nombre parezca un guiño
a los Rolling, lo cierto es que Valo lo tomó prestado
de una revista porno de los años 70. En el sex shop
que su padre regentaba en Helsinki, el apolíneo cantante
empezó a
pensar en un estilo de música alejado de los tópicos
que tanto le hastiaban y que causaban furor a comienzos de
los 90. Desde el principio tuvo claro quiénes iban
a ser sus referentes: las guitarras vibrantes y enloquecedoras
de Black Sabbath, la voz desgañitada
y provocadora de Iggy Pop, la ambientación
electrónica con tintes góticos de Depeche
Mode y el romanticismo decadente de las películas
de David Lynch. No tardó mucho en
bautizar ese estilo con el nombre de Love
Metal, que años más tarde usaría
como título para uno de sus discos. Al mismo tiempo,
y como si de una agencia de publicidad se tratase, ideó
el logotipo que identificaría al grupo: el llamado
Heartagram; una figura similar
al pentagrama, con la única salvedad de que redondea
dos puntas para crear la forma de un corazón en su
interior. Su importancia es tal que, por sorprendente que
pueda resultar, la página
web de HIM no responde a estas siglas, como sería
de esperar, sino al nombre de su enseña.
La gelidez del clima escandinavo iba a teñir las letras de sus canciones de un poso de melancolía. El amor turbulento y atormentado, las pasiones enfermizas y la muerte como principio y fin de la vida son los temas sobre los que versan sus canciones. Es fácil reconocer en sus letras la influencia de poetas y estetas de lo mórbido y profano como Edgar Allan Poe y Charles Baudelaire.
Como en Finlandia existe una gran tradición de grupos de metal gótico, tales como Charon o Entwine, ésa fue la primera clasificación que se le aplicó a HIM. Quizá su primer disco, 'Greatest Lovesongs Vol. 666', esté emparentado con ese estilo, pero sobre todo a partir de 'Deep Shadows and Brilliant Highlights' se puso de manifiesto que su registro sonoro era mucho más amplio. HIM es una miscelánea en la que tienen cabida el rock, el glam, el metal y el pop, todo ello combinado en un sonido perfectamente reconocible. En opinión de Valo:
Más
que rock gótico es pura melancolía finlandesa.
Los finlandeses escuchamos habitualmente música triste,
la música triste nos hace felices. Es algo natural
y a mí siempre me han gustado las canciones bonitas
y melancólicas.
Nadie mejor que él para definir la línea que marca en sus discos:
Me
gustaría que mis letras fueran consideradas como una
versión abreviada de 'Lo
que el viento se llevó'. Son canciones abiertamente
románticas al estilo de las de Andrew Eldritch (líder
de Sisters Of Mercy) y William Blake.
La mención a la legendaria película de Víctor Fleming no es baladí, pues una de sus canciones más etéreas lleva por título 'Gone with the Sin'.
HIM se compone de cinco miembros.
Valo pone la voz y compone las letras, además de atender
a la prensa. Por su belleza y carisma, él es la imagen
del grupo. Basta con ver las portadas de sus primeros discos
para comprobarlo. En ellos aparece maquillado de blanco, con
sus guedejas enmarañadas acariciando su frente, una
mirada aviesa y provocativa, a la par que desafiante, y el
torso desnudo. Casi
siempre le acompaña un cigarrillo, del que no se desprende
ni en los conciertos. Su pose siempre es glamourosa, aunque
nimbada, eso sí, de un tenebrismo que recuerda a los
cuadros de ángeles que pintaba Caravaggio. No en vano,
el Cielo y el Infierno están presentes en sus composiciones.
Lo que más llama la atención de Valo –aparte
de su privilegiado físico, que arrebata a las mujeres–
es el timbre de su voz, que se modula con igual facilidad
para los graves que para los agudos, logrando espectaculares
transiciones entre el suave roce de un felino, una resonancia
cavernosa y los aullidos de un licántropo. Fuerza la
voz hasta el falsete como Thom Yorke y Matthew Bellamy, un
efecto que me gusta especialmente. El resto de miembros son
el orondo batería Gas, que tanto contrasta
con el cuerpo filiforme y tenuemente andrógino de Valo;
el guitarrista Linde, más enteco aún
que éste y con unas rastas que recuerdan a las de un
primerizo Dexter Holland; el garrido y desaseado bajista Mige;
y Burton en los teclados, emulando a Martin
Gore.
El primer disco de HIM vio la luz
en el año 98 y, por su título, ponía
de relieve en qué onda se movía el grupo. 'Greatest
Lovesongs Vol. 666' sugería, de entrada, una
alusión al número de la Bestia, pero HIM, al
contrario que Marilyn Manson, nada
tiene que ver con el Satanismo ni con ilustres apóstoles
de este culto como Anton LaVey. Lo que sí se podía
colegir era una notoria obsesión por la iconografía
cristiana de ángeles y demonios como summum
del amor envuelto en llamas y cómplice de la muerte.
El álbum arranca con una canción trepidante: 'Your Sweet 666', canción que, con el tiempo, se convertiría en uno de los himnos del grupo. Lo tiene todo para ser considerada un clásico y un epítome de la música que hace HIM: guitarras electrizantes, ambientación gótica y, por encima de todo, una voz que tan pronto es cálida y susurrante como, de rondón, se torna dura y áspera; una voz como nunca antes se había oído. Era un derroche de sensualidad, pero no de una sensualidad inocua, sino inicua, como el canto de una sirena. La potente voz de Valo guardaba un parecido razonable con la de Dave Gahan, especialmente en los graves, y con la de David Bowie e Iggy Pop, en tensar al límite las cuerdas vocales. Que Valo admira a Depeche Mode no es ningún secreto; de hecho, tiene una versión muy estimable de una de sus canciones más alabadas: 'Enjoy the Silence'.
Y si hablamos de versiones, es poco menos que inevitable citar la que le dio la fama. Me refiero a 'Wicked Game', de Chris Isaak, una canción con la que Valo se siente muy identificado. Conviene recordar que este tema se incluye en la banda sonora de 'Corazón Salvaje', de David Lynch, película que a buen seguro está entre las favoritas del cantante. La versión de HIM de 'Wicked Game' –se trata de una pista de 'Greatest Lovesong Vol. 666'– es, como cabe esperar, más guitarrera que la original, pero con un respeto escrupuloso, casi sacramental cabría decir, por su esencia.
Ninguna canción de este disco
tiene desperdicio, pero yo destacaría 'The
Heartless', 'For You', 'When
Love and Death Embrace' y 'Don't Fear The
Reaper'. Todas ellas tienen en común la presencia
de coros femeninos y, en
el caso de esta última –otra versión,
en este caso de Donald Roeser y Sandy Pearlmann–, la
voz de June Hyde se sobrepone o se solapa, según el
momento, con la de Valo, creando así un conjunto muy
armónico.
A lo largo del tiempo HIM ha evolucionado, dejando atrás el aire más independiente y el metal más astringente, para llegar a más público. Pienso que es un paso lógico para cualquier grupo que desee hacerse grande y, no nos engañemos, la gloria eterna está detrás de las ambiciones de todo cantante. Para llevar una vida de recogimiento hay otras profesiones más aptas, como la de monje, pero la vida de cantante suele ser una vida de excesos, y los excesos se sustentan en la fama y el dinero. Me pueden llamar taimado, pero si me dicen que tal banda prefiere moverse por círculos reducidos y minoritarios antes que venderse a los grandes sellos discográficos, inevitablemente pensaré que si no se ha vendido es porque no ha encontrado quien le compre. Por su barroquismo, nunca después igualado, éste es el disco que más me gusta, sin despreciar por ello sus posteriores trabajos.
'Greatest Lovesongs Vol. 666' fue un gran lanzamiento que les abrió muchas puertas. El nombre de HIM empezó a sonar con fuerza no sólo en su país de origen, sino también en Alemania, donde siempre les han dispensado una gran acogida –no hay que olvidar que todos sus discos, exceptuando el último, están producidos por BMG–. Sin embargo, no fue hasta su segundo álbum, 'Razorblade Romance', que se hizo un hueco en las emisoras y en las tiendas de discos de toda Europa. Asimismo, en ese momento fue cuando tuve noticia de HIM por primera vez.
Lo primero que destaca de este trabajo
es su portada, con Valo posando cual estatua de mármol
sobre un fondo rosa, un color que chirriaría a cualquier
purista del metal. El
grupo mostraba su vertiente más glam, pues al provocador
frotman no le faltaba ni
el abrigo de plumas ni la aureola.
'Razorblade Romance', publicado en 2000, incorpora de nuevo las dos canciones que le dieron prestigio: 'Your Sweet 666' y 'Wicked Game', con ligeras variaciones. El resto rayan también a un altísimo nivel. Las hay contundentes y abrasadoras como 'Right Here in My Arms' y 'Razorblade Kiss', sugerentes y tentadoras como 'Poison Girl' y 'Bury Me Deep Inside Your Heart' y suaves y tiernas como 'Gone with the Sin' y 'Heaven Tonight'. Empero, el primer gran éxito les llegó gracias al tercer tema: ‘Join Me in Death’, sin duda la canción más conocida del grupo finlandés.
En algunos países, entre los que no se cuenta España, se publicó una edición especial de ‘Razorblade Romance’ con un cedé añadido de caras B. En él podían escucharse temas como ‘Sigillum Diaboli’, ‘The 9th Circle’ y ‘Dark Secret Love’, tocada en colaboración con 69 Eyes. Lo inexplicable es que estas canciones de presumible inferior calidad en realidad no son peores que las otras.
Me atrevería a decir que éste es el disco más completo de HIM, y puede que incluso sea el que mejor exprese su concepto de música. En cierto modo, es una continuación del anterior, pues no se aprecia merma alguna en la intensidad de su sonido. Sin embargo, sí se observa un inconformismo que les impedía estancarse en esta fórmula. Como les ocurre a todos los buenos grupos, HIM necesitaba explorar nuevos horizontes.
Así pues, en este contexto
de experimentación apareció, anunciado con pompa
y boato, 'Deep Shadows and Brilliant
Highlights'. Sólo había transcurrido
un año desde la publicación de 'Razorblade Romance',
un tiempo que se me antojaba escaso. Mi interés por
HIM era creciente después de haber escuchado sus dos
primeros discos y, a pesar de mis recelos, acogí su
nuevo álbum con gran entusiasmo. Las
primeras audiciones me dejaron una grata impresión,
aunque luego me provocó un deje de hastío. No
obstante, he notado que gana con los años, y cada vez
que lo escucho vuelvo a sentir satisfacción. Ahora
no me cabe duda de que es una obra perdurable, auque al principio
me costara aceptar que el sonido de HIM había perdido
parte de su aspereza en beneficio de ritmos más poperos.
A otro nivel, era un cambio parecido al de Metallica cuando
sacó el 'Black Album' y, unos años más
tarde, el 'Load'. No faltaron los fans descerebrados que apostataron
del grupo quemando sus discos. Allá cada cual con lo
que hace con sus bienes.
El single de promoción fue 'Pretending', una canción con estribillo pegadizo que le valió el número uno en muchas listas, incluso en España. Luego vinieron 'In Joy and Sorrow', que es una de las mejores del disco, y 'Heartache Every Moment', que peca de convencional. A mi modo de ver, las más notables son 'Close to the Flame', que me evoca agradables recuerdos, y 'Beautiful', ambas con gran presencia de teclados. Se echaba de ver que HIM ya no era el mismo grupo que al principio, pero seguía deleitándome en su búsqueda de identidad.
Las guitarras, que habían perdido
fuerza en 'Deep Shadows and Brilliant Highlights', volvieron
por sus fueros en 'Love Metal',
su siguiente disco. Corría el año 2003 y era
imposible saber qué giro habrían tomado después
del último volantazo. El single fue ‘The
Funeral of Hearts’, una canción pausada
y preciosista que poco tiene que ver con ‘Pretending’,
si bien ambas comparten un sesgo comercial. Es
un tema complejo, entreverado de cambios de ritmo –algo
que HIM sabe hacer muy bien– y con omnipresencia de
la voz de Valo, que se recrea más que nunca. También
contiene los típicos riffs de guitarra que distorsionan
el sonido y las reverberaciones que crean ambiente. Aunque
la original tiene calidad suficiente, la versión acústica
la supera con creces.
Hasta ahí todo iba a las mil maravillas, pero el resto del disco es muy irregular. Salvando ‘The Sacrament’, un tema dotado de gran ritmo y con una introducción con teclado casi tan brillante como la de ‘Join Me in Death’, y ‘Sweet Pandemonium’, con su batería demoledora, las demás canciones se dejan oír con agrado, pero no transmiten pasión. Era la primera vez que podía decir que HIM había defraudado mis expectativas.
Nada bueno hacía presagiar que sólo un año más tarde sacaran un recopilatorio: ‘And Love Said No: The Greatest Hits 1997-2004’. La selección de temas es bastante acertada, pero lo más destacable de este disco es que, por lo menos, incluía dos canciones inéditas. Una de ellas es ‘Solitary Man’, una versión de Neil Diamond, y la otra se titula igual que el álbum: ‘And Love Said No’. Esta canción me devolvió la esperanza de recuperar al mejor HIM. Es apasionada, potente y atractiva. Eso quería decir que no se habían abandonado a lecho de espinas del éxito y que seguían fraguando algo nuevo.
Así llegamos a ‘Dark Light’, su último disco, que acaba de salir a la venta. Una de las diferencias que presenta con relación a los anteriores es que está producido por Warner, pues ahora HIM tiene puestas sus miras en el mercado norteamericano, donde son casi unos desconocidos. También destaca su colaboración con Tim Palmer, emblemático productor y mezclador que ha trabajado con grupos de la talla de U2 y Robert Plant. Por si fuera poco, Valo se ha cortado el pelo, en un cambio de imagen radical.
Con estos mimbres, era casi inevitable
que saliera algo novedoso, para bien o para mal. Por suerte,
ha sido para bien. ‘Dark Light’ es un álbum
hermoso, vibrante y melódico; en definitiva, admirable.
Reúne todas las características que han hecho
de HIM unas estrellas del rock. Valo
está tan satisfecho del resultado que asegura que “es
el ideal que siempre deseé para nosotros, nos vamos
acercando a él”. Con toda seguridad, pronto
dejarán de ser ellos los que hagan versiones de otras
bandas para ser versioneados.
El primer single es ‘Rip Out the Wings of a Butterfly’, una canción ágil y dinámica, similar a ‘Pretending’, aunque más umbría. Es difícil decantarse por unas canciones y obviar otras, ya que todas son muy buenas. Aun así, sobresalen ‘Vampire Heart’, ‘Killing Loneliness’, ‘Dark Light’, ‘Drunk on Shadows’ y ‘Play Dead’. Todas tienen sutiles cambios de ritmo, en especial la primera de ellas, y acordes de piano y teclado que ahondan en ese clima romántico y tenebrista que es la esencia de HIM. Las guitarras están perfectamente integradas con la batería y con la voz de Valo, siempre sugerente y emocional. Se percibe que han tenido muy presente la música de Angelo Badalamenti en las composiciones. El apuesto cantante lo ha definido como:
Es
salvaje, surrealista, es raro, es David Lynch, es Tim Burton,
pero todo interpretado al estilo AC/DC. Puedes mover las caderas,
sacudir la cabeza, y dejar que la guitarra suene.
Si a eso añadimos que valo significa luz en finés y que la palabra oscuro traducida literalmente a ese idioma significa el salvaje, tendremos una ecuación con dos incógnitas cuyo resultado es David Lynch.
Videoclip de 'Join me in death'
Óscar Bartolomé